14 Pero el sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de cien, que
estaban al frente de las tropas, y les dijo: «Hacedla salir de las filas, y el
que
la siga que sea pasado a espada.» Porque había dicho el sacerdote: «No la
matéis en la Casa de Yahveh.»
15 Así pues, ellos echaron mano de ella, y cuando llegó a la casa del
rey por el camino de la Entrada de los Caballos, allí la mataron.
16 Entonces Yehoyadá pactó alianza con todo el pueblo y el rey de
que el pueblo sería pueblo de Yahveh.
17 Fue después todo el pueblo a la casa de Baal y la derribaron;
rompieron sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de
Baal, ante los altares.
18 Yehoyadá puso centinelas en la Casa de Yahveh, a los órdenes de
los sacerdotes y levitas que David había distribuido en la Casa de Yahveh,
conforme a lo escrito en la Ley de Moisés, para ofrecer los holocaustos con
alegría y cánticos, según las disposiciones de David.